QUIMERA

Abrillanto las estrellas,

blanqueó la luna,
arropó las montañas,
roció los ríos de ternura.

Amansó el bravo mar,
sacudió la arena,
recogió el viento,
creó nuevas ideas.

Maquilló los recuerdos.
inventó nuevas caricias,
abrazó el universo,
dibujó alegres sonrisas.

Derramó amor en el silencio
deshojó la envidia,
envolvió el mundo de seda,
y espero la mañana…
bajo un manto de quimera.

Ana Barroso

EL TIEMPO

Hay eterno silencio a mí alrededor,
ahora, él tiempo es solo mío,
no hay murmullos desolados,
sólo se oye, el palpitar de mis dedos.

Me descubro en éste instante,
en mí retiro hospitalario
paseo, por mis estantes latentes,
como un objeto más, del relicario.

Mi mundo es ligeramente obstinado,
se niega, a ver lo evidente,
años de amor, pasaron sin sueños,
invernando en horas fértiles.

Hay silencios al despertar el alba,
oprimidos, por indecisiones y miedos
demasiada, espesura es los jardines,
para pasear, sin tocar algún recuerdo.

Ana Barroso

DAME

Dame una palabra,

que hayamos creado

Dame una inicial,

de tu nombre y el mío

Porque tú y yo sabemos

que no hay aurora sin rocío

Dame un trozo de luna,

que hayamos divisado

La nota de una canción,

fundida en un abrazo

Porque tú y yo sabemos

que no hay valor sin daño

Dame una sonrisa,

que perfilan los rubores

La mirada de tu corazón,

que cierren los rencores

Porque tú y yo sabemos

que no hay amor sin acordes

Dame la línea invisible,

entre el sol y la luna

Un gesto de connivencia,

entre esta espesa bruma

Porque tú y yo sabemos

Que no hay vida sin locura.

Ana Barroso Molina

TE DESCUBRÍ...

Desperté a la vida otro día en curso,
para muchos hastío, desesperanza y miedo
Para mi, un compromiso, un nuevo reto,
una nueva aprobación del sufrimiento

Renacer cada día desde la pudorosa fragilidad,
encontrar la perfecta, armadura para el alma
Trozos de ternuras, pasiones y metas,
alegoría variadas para la batalla de esta guerra

Por un instante vi tu rostro en el mío y te ame,
te reconocí, como mi otro yo desvanecido
Hoy pienso en ti bajo el llanto de una nube,
etérea sonrisa brotando, de un ilusorio rocio

Derramo mi ser oxidado por el paso del tiempo,
nuevo sentir, en estas garras del infierno
Pasión sin freno en un mundo cercano a parir,
infames desventuras, desde un palpitar ciego

Me apresuro a respirar el aliento de la vida,
a plastificar mi envoltura, contra la hora febril
Plena de valor, veo el mundo tras una mascarilla
Intentando sobrevivir, y resplandecer para ti.

Ana Barroso Molina

ETERNAMENTE

Aquí donde el sol ilumina el día,
y el viento balancea los cuerpos
donde las olas, abrazan la arena,
y las gaviotas besan el cielo.

Te espero sin prisas, ni esperas,
en esta grandiosa playa
rodeada de montañas y peñas,
donde el murmullo, es un rezo,
y la risa insondable un poema.

Te espero, sin desmayo ni recelo,
entre pinceladas azules y blancas
donde la calma, premia los sentidos,
y la brisa, se viste de esperanza.

Te espero con serenidad, y tiento,
con el aroma de las amapolas,
en un rítmico ritual infinito
donde el silencio, corta la brisa,

cantando al ritmo de los jilgueros.

Rimas que dibujamos en la tierra,
con las yemas de nuestros dedos
iniciales, que perpetúan como estrellas
en la inmensidad, del firmamento.

Te espero henchida de ilusiones,
con las olas y el rubor de los cuerpos

 en la libertad que aviva los recuerdos,

donde el dolor, es un soplo de viento

Ana Barroso Molina

SIN TU PRESENCIA

No se puede pedir más a las estrellas,

que unas palabras enamoradas

Unas alas con plumas de seda,

y la sonrisa límpida de tu mirada

Reten para siempre en tus pupilas,

la sufrida fantasía de mis ojos

El impulso que late por mis sienes,

en el retrato gris de mi abandono

Alfombra de rosas el camino,

y protégeme del ciego y cruel destino

De retener tu imagen ilusoria,

ciegamente ceñida en mi espejismo

Porque es duro, vivir sin tu presencia,

porque es triste, el amor que me condena

A invocarte, soñarte, imaginarte,

en los mustios jardines de tu ausencia.

Ana Barroso Molina

LAS DOS ORILLAS

EL CIELO LLORA...

Copiosamente llueve en mi alma,
abriendo la acústica de la tormenta
Las calles son canales que desvelan,
y muerden el pulso de la sangre

El cielo está llorando y llueve,
sobre mi pecho y sus afluentes
Palpita el latido de mis nervios,
a la luz de los rayos ardientes

En la noche camina mi espíritu solo,
mi espíritu ansioso de contentos
De soles que agonizan sin remedio,
dejando al resignado deleite incompleto

Hay almas escurriendo en los cristales,
los hombres cruzan fugaces y se ocultan
Un ímpetu de sombra y de amargura,
clama vanamente por sus venas

Hasta la fiebre tiene sed de auroras,
hasta el alma persigue lagunas
Raíces de recuerdos que descomponen,
y estremecen la noche sin luna.

Ana Barroso Molina

DULCE CANTO

Hasta donde mi brazo alcance,
esparcire pétalos de poesía
Amarrare al viento del suroeste,
valores que acerquen la lejanía
Y apaciguen tus días más tristes,
abrillantando tus noches de estrías
Haré que la tristeza beba ron añejo,
y sople carcajadas por las esquinas
Tiñendo el paisaje con colores y versos,
plenos de luz y bocanadas de armonía

Seducire a la luna con unas rimas,
y que de canto te llene el alma
Retirando de dolor toda añoranza,
y envolviendo a tu amada en ráfaga
para llegar a ti, a galopes del alba
Hasta donde alcance mi mirada,
habrá luz y piedad en tus laderas,
y cascadas brotando de las alambradas
Suaves brisas te envolverán de melodías
y hasta tu balcón volará la esperanza
Hasta donde lleguen mis palabras,
Habrá aliento en tus mañanas
Amigo del alma, luz y sonrisas en alza.

Ana Barroso Molina

ESPERANZA

Y a pesar de todo...

Hay que seguir amando
Desde el fondo del dolor,
cuando las sombras desvanecen
Con las palmas de las manos
abrazando los días fértiles

Y a pesar de todo...
Hay que seguir viviendo,
aunque nada reflejan las pupilas

Siendo árido acariciar un tiempo,
y tan obvio adivinar que ya es vano
respirar la fiebre caminando

Y a pesar de todo…

Hay que seguir soñando,

construyendo esperanzas

Regando suspiros abatidos,

aún sin acertar densas avenidas

y los adioses avisen mal destino

Y a pesar de todo…

Hay que seguir luchando,

por un mundo que nos llora el vacío

Carente de pasos y murmullos

Por el hombro que nos llora lejos

Aun así… seguir amando

Ana Barroso Molina