Aquí donde el sol ilumina el día,
y el viento balancea los cuerpos
donde las olas, abrazan la arena,
y las gaviotas besan el cielo.
y el viento balancea los cuerpos
donde las olas, abrazan la arena,
y las gaviotas besan el cielo.
Te espero sin prisas, ni esperas,
en esta grandiosa playa
rodeada de montañas y peñas,
donde el murmullo, es un rezo,
y la risa insondable un poema.
Te espero, sin desmayo ni recelo,
entre pinceladas azules y blancas
donde la calma, premia los sentidos,
y la brisa, se viste de esperanza.
Te espero con serenidad, y tiento,
con el aroma de las amapolas,
en un rítmico ritual infinito
donde el silencio, corta la brisa,
cantando al ritmo de los jilgueros.
Rimas que dibujamos en la tierra,
con las yemas de nuestros dedos
iniciales, que perpetúan como estrellas
en la inmensidad, del firmamento.
Es como una llamada al amor.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.